Se trata de la última incursión del caudillo federal Felipe Varela, el Quijote de Los andes, en el marco de la Guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay, y la controversia que mantenía a la hegemonía política de Buenos Aires, con el país al mando de Domingo Faustino Sarmiento en la Presidencia, luego de varios años de resistir con un escueto ejército de menos de 5000 hombres y como todo se presagiaba, Varela tuvo su última batalla en Pastos Grandes, donde se enfrentó a un reducido Ejército Nacional, y ya diezmadas sus tropas, llegaron a su fín sus ideales de rebelión, a lo cual luego debió huir después de que en esa jornada de comienzos de 1869 tuviera algunas bajas, cabalgando en dirección a Antofagasta para luego cruzar a Chile, donde ya enfermo de tuberculosis se refugiaría en Copiapó hasta junio de 1870 que encontraría la muerte.